Ante la situación crítica por la falta de lluvias en la región en la Reserva de Uso Múltiple Guaraní de la Universidad Nacional de Misiones, se continúa trabajando arduamente con guardias de ceniza que vigilan la zona afectada por los incendios y la activación de posibles focos.
Desde las primeras llamas registradas el 18 de enero que pudieron ser controladas gracias a la colaboración de múltiples actores, estas guardias han identificado nuevos focos ígneos muchas veces ocasionados por el material combustible como troncos caídos, hojarasca, bambúseas secas o la animación del viento. No obstante también se han registrado otros nuevos en zonas no quemadas.
Este control y monitoreo se lleva a cabo con el equipo de trabajo en terreno conformado por integrantes de la Facultad de Ciencias Forestales como docentes, no docentes y estudiantes; trabajadores de la empresa Laharrague y Papel Misionero; guardaparques que recorren la zona y un grupo también de la institución que desde gabinete sigue la situación con imágenes satelitales detectando puntos de calor.
La batalla contra el fuego se da utilizando diferentes herramientas existentes en esta Casa de Estudios como también a través del préstamo de otras instituciones como la Escuela Agrotécnica Eldorado, que desde el inicio de los primero focos ha colaborado con mochilas hidrantes, hachas, palas forestales, Mcleod y también con sus trabajadores nodocentes.
En todo este tiempo y ante la peligrosidad latente, la Facultad ha actuado con sus propios recursos poniendo a disposición equipos; camionetas dentro del perímetros y otras preparadas para la emergencia; ha contratado tractores para el despeje de caminos y así llegar a otras zonas de difícil acceso y también brigadistas ya que ante el inicio de las actividades académicas en sus diferentes sedes, el personal se encuentra limitado a sus tareas cotidianas.
Asimismo recientemente se han adquirido nuevas mochilas hidrantes y se avanza en la planificación de capacitaciones para el combate de incendios, con el objeto de formar y certificar a nuevos brigadistas.
Esta situación implica costos altos para la Facultad que ante las escasas precipitaciones previstas en los próximos meses, deberá continuar trabajando para evitar que los daños sean mayores.