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Lo que dejó la Jornada de Formación de Capacitadores en prevención y combate de incendios forestales: dónde estamos parados, a qué nos enfrentamos y cómo hacerlo

La consigna que más se escuchó en la Jornada de Formación de Capacitadores en incendios forestales fue “Más vale prevenir que apagar”. Con esa premisa simple, pero profunda, cada uno de los expositores hizo su aporte para que las distintas dependencias del Estado misionero refuercen la preparación si vuelve a presentarse un escenario como el del primer trimestre de este año, con sequía marcada y distintos focos ígneos a lo largo de la geografía provincial.
Los ingenieros forestales Julio Recalde y José Luis Chemes, de la Subsecretaría de Ordenamiento Territorial del Ministerio de Ecología, detallaron lo que el productor agrícola debe conocer y con qué debe contar: 
– La distribución de su chacra, lugares vulnerables a la propagación de incendios (del vecino y propio).
– Vientos predominantes.
– La ubicación de los reservorios/fuentes de agua, con acceso adecuado.
– Construir calles cortafuegos/cortacombustibles en perfectas condiciones de transitabilidad.
– Las instalaciones rodeados de calles cortafuegos no menor a 30 metros de ancho.
– Contar con herramientas para un ataque rápido como ser Tanques de agua de no menos de 200 litros, Mochilas con capacidad de 18 litros de agua, batefuegos o chicote, machete, azada, palas, picos, rastrillo, motoguadañas, tractor y rastra, motosierras, motobombas con mangueras de 1,5 “ de al menos 50 metros de largo.
Asimismo, sugirieron como medidas de prevención y seguridad:
– Las plantaciones de coníferas deben estar alejadas no menos de 50 metros de la zona de viviendas, galpones, corrales, etc
– Plantar especies nativas, si se desea, aledañas a las infraestructuras antes mencionadas
– Para el combate de incendios usar vestimenta y calzados adecuados, además de las herramientas.
-Nunca ir o estar solo para combatir un incendio (mínimo dos personas)
El Director General de Alerta Temprana, Daniel Fernández Catá, hizo un repaso de las circunstancias que llevaron a la declaración de Emergencia Ígnea en Misiones, que aún rige. Reiteró que la sequía es un fenómeno  climático “dañino y costoso, complejo de abordar” y que esa complejidad puede llevar a una reacción tardía.
 
Impacto del cambio climático
Desde la Secretaría de Estado de Cambio Climático, enumeraron las causas del cambio climático: • Deforestación • Degradación del suelo/agricultura extensiva/agronegocios • Energía/generación con hidrocarburos • Escasez de agua/contaminación de los océanos/sobrepesca • Residuos • Minería • Superpoblación/consumo.
Además resumieron las amenazas e impactos en Misiones: • Aumento de temperatura, de mayor a 1 °C, para la provincia y en el futuro, un incremento entre 3 y 4 °C en toda la región NEA; • Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y aumento de enfermedades transmitidas por vectores • Aumento de olas de calor • Prolongadas temporadas de sequía y alto riesgo de incendios; • Aumento en la duración, frecuencia e intensidad de precipitaciones extremas, riesgo de Inundaciones y anegamiento de suelos. • Afectación de la infraestructura  público y privada por aumento de eventos extremos.
 
Beneficios de la agroecología
El Ministerio de Agricultura Familiar expuso sobre la agroecología, al que caracterizó como “un enfoque integrado que aplica simultáneamente conceptos y principios ecológicos y sociales al diseño y la gestión de los sistemas alimentarios y agrícolas”.
“Las innovaciones agroecológicas se basan en la creación conjunta de conocimientos combinando la ciencia con los conocimientos tradicionales, prácticos y locales de los productores. La agroecología empodera a los productores y las comunidades como agentes clave del cambio”, explicó la Técnica Agrónoma Viviana Sieb.
Añadió que esa práctica “busca transformar los sistemas alimentarios y agrícolas abordando las causas profundas de los problemas. Lo hace de forma integrada y aportando soluciones holísticas y a largo plazo”.
“La diversidad, las sinergias, la eficiencia, la resiliencia, el reciclaje y la creación conjunta y el intercambio de conocimientos (que describen las características comunes de los sistemas agroecológicos, las prácticas básicas y los criterios de innovación); Los valores humanos y sociales y la cultura y tradiciones alimentarias (que ponen de manifiesto aspectos contextuales); La economía circular y solidaria y la gobernanza responsable (que tratan el entorno favorable). Los 10 elementos de la agroecología están interrelacionados y son interdependientes”, concluyó.
 
Restaurar, una tarea compleja
El Dr Emanuel Grassi, del Instituto Misionero de Biodiversidad, afirmó que “el fuego desempeña una función importante para mantener la salud de ciertos ecosistemas, pero a causa de los cambios climáticos y del uso (y abuso) humano del fuego, los incendios son ahora una amenaza para muchos bosques y su biodiversidad”.
“Los incendios son poco corrientes en la mayoría de los bosques tropicales y subtropicales. En ellos se forma un microclima cerrado y húmedo, por lo que la humedad del combustible, la escasa velocidad del viento y las elevadas precipitaciones hacen poco probable la combustión. Estos bosques pluviales pueden resultar más susceptibles a los incendios en los períodos de sequía intensa. En esos bosques que no están adaptados al fuego, este puede hacer desaparecer prácticamente todas las plántulas, brotes, lianas y árboles jóvenes, ya que no están protegidos por una corteza gruesa”, detalló.
Indicó que “el daño causado al banco de semillas, las plántulas, obstaculiza la recuperación de las especies originales. Los efectos de la solarización del suelo, las sequias a las que se exponen luego de los incendios y la escorrentía y perdida de materia orgánica retrasan los mecanismos naturales de regeneración y predominan las especies más fuertes. La extracción de madera muerta en bosques que han sufrido un incendio intenso o en el bosque primario quemado se utilizó como herramienta de manejo y prevención de futuros incendios, sin embargo pueden afectar negativamente a la sucesión vegetal”.
En cuanto a la fauna, apuntó: “En los bosques en los que el fuego no es un mecanismo de alteración natural, este puede tener efectos devastadores sobre las especies de vertebrados e invertebrados, no sólo porque les causa la muerte directa, sino también porque provoca efectos indirectos más duraderos como estrés y desaparición de hábitats, territorios, reguardo y alimento. La desaparición de organismos de gran importancia para los ecosistemas, tales como invertebrados, polinizadores y descomponedores, puede retardar de forma muy significativa el índice de recuperación del bosque”.
“La destrucción de árboles huecos en pie y de árboles muertos caídos tiene efectos negativos sobre la mayor parte de las especies aves que anidan en cavidades y micro mamíferos. Los incendios provocan el desplazamiento de aves y mamíferos, lo cual puede alterar el equilibrio local y en última instancia la pérdida de vida silvestre, dado que los ejemplares desplazados no tienen lugar al que dirigirse”, agregó y completó: “La pérdida de árboles frutales se traduce en una reducción del número de especies de aves y de animales que se alimentan de frutos; este efecto es particularmente acusado en los bosques tropicales. En las zonas quemadas se reducen las poblaciones de mamíferos pequeños, aves y reptiles y también los carnívoros tienden a evitar las zonas quemadas. La disminución de la densidad de pequeños mamíferos como los roedores puede influir negativamente en el suministro de alimentos a los carnívoros de tamaño reducido”.
Por último, se refirió a la restauración: “Comienza antes de los incendios, generando bancos de germoplasma animal, vegetal y no vegetal. Que nos permita intervenir a posterior los ambientes degradados. Restaurar no es solo reponer cobertura; la composición florística es mucho más compleja que un lapacho, un timbo una caña fistula, debemos comprender la estructura de estratos múltiples de los bosques naturales con todas sus. Reconocer especies funcionalmente más importantes que abran paso a una regeneración de los servicios ecosistémicos”.
 
El trabajo de la Mesa de Prevención
Ante el escenario de Emergencia Ígnea en Misiones, establecido por Decreto 2688/21, el Estado provincial instrumentó y puso en marcha diferentes líneas de acción en respuesta a la situación.
A principios de enero del 2022 se constituyó la Mesa Provincial para la Prevención de Incendios, que se consolidó con el objeto de  desarrollar y constituir una estrategia interinstitucional para la promoción y difusión de la prevención de incendios, dirigida a los distintos sectores y actores que constituyen el pueblo misionero.
Se apuntó a ir fortaleciendo las capacidades instaladas locales y territoriales de formación integral, con énfasis en la promoción de valores y buenas prácticas socio-ambientales que propendan al desarrollo sostenible del territorio.
Bajo esta premisa tomaron participación activa de dicha mesa los organismos y diferentes áreas con injerencia o vinculación con la temática.
Se realizó una evaluación de las necesidades de las dependencias del Estado frente a la situación de emergencia ígnea, surgiendo como común denominador la necesidad de contar con recursos humanos capacitados para poder incorporar la temática al ámbito y agenda institucional de cada institución.
La Mesa ha trabajado en la planificación, organización y desarrollo de jornadas de  capacitación, que se plantean con un enfoque territorial de implementación.
En este escenario se realizó la Jornada de Formación de Capacitadores en el auditorio de la Escuela Vial de la Dirección Provincial de Vialidad.