Mediante el Plan Nacional para la Conservación de Primates de Argentina (PNCPA) se busca desarrollar estrategias para promover el cuidado de los monos carayá, ya que se encuentran gravemente amenazados debido a la deforestación, las epidemias de fiebre amarilla y el mascotismo.
La desaparición estos ejemplares alerta que la fiebre amarilla está circulando en la zona, por eso es importante que se avise a las autoridades llamando al: +54-3764-883555 “Ecología te escucha” (en Misiones) o al 0800 222 0651 a nivel Nación.
¿Qué es la fiebre amarilla?
Es una enfermedad producida por un virus, transmitida por mosquitos de especies tales como Sabethes y/o Haemagogus, que afecta a las personas y a las poblaciones de primates silvestres, en especial a los del género alouatta presentes en Argentina: monos carayá o aulladores negros y dorados (Alouatta carayá) y los monos carayá o aulladores rojos (Alouatta guariba). Estos presentan una altísima sensibilidad al virus y al ser picados por un mosquito portador mueren rápidamente.
Es por eso que actúan como “centinelas” ya que la presencia de monos vivos indica que la zona está libre de fiebre amarilla, posibilitando un mayor control de la enfermedad y una detección temprana del virus.
Protegiendo al carayá estamos preservando la salud de los ecosistemas y de las personas. Es nuestra responsabilidad cuidar la fauna autóctona y sus ecosistemas para detener la propagación de virus y la aparición de futuras pandemias.
Existen programas de vacunación en las zonas de riesgo, principalmente en las provincias de Santa Fe, Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones. Para prevenir la enfermedad todas las personas deben estar vacunadas, sobre todo quienes viajen o vivan en zonas de riesgo, y evitar las picaduras de mosquitos utilizando repelentes y ropa adecuada.
Diferentes organizaciones conforman esta iniciativa para sensibilizar sobre la fiebre amarilla: el principal objetivo es concientizar a la sociedad sobre esta enfermedad y destacar que los monos no la transmiten.